Photograph © Gisèle Freund-All Rights ReservedGisèle Freund nació el 19 de noviembre de 1908 en el barrio berlinés de Schöneberg. Allí pasó sus primeros años. Allí acabó su bachillerato y por tan sobresaliente motivo su padre le regaló una cámara. Era una mítica Leica, que hacía poco se había comenzado a fabricar en serie.
Su revolucionario concepto de la fotografía chocó con dificultades de todo tipo, pero siempre salió triunfador. Definió sucinta y expresivamente lo esencial del retrato, su especialidad, en una frase: “No sé por qué los seres humanos se cubren los genitales cuando el rostro es lo más desnudo que tenemos”. Fue una amante entregada y sincera de la disciplina artística que cultivaba, aunque al final de su vida, dominada por un cierto y desolador escepticismo, sentenciara: “La fotografía es la total falsificación de la realidad”.
El retrato ha sido, sin duda, uno de los campos en el que Gisèle Freund se ha expresado mejor. La fotógrafa utiliza la cámara no sólo para reproducir la realidad, sinó también para captar la personalidad del retratado y explicarnos la historia. Para conseguir introducirnos en el mundo personal del retratado, Freund elabora un estilo propio, que integra en la toma fotográfica una cierta escenografía, el decorado de la habitación o del lugar, y pone énfasis en los objetos personales, en la ropa y en los fetiches que configuran el entorno y la vida del personaje. Por esto creemos interesante exponer un importante número de imágenes de las sesiones fotográficas con los protagonistas de sus retratos, que permiten entender mejor la manera de trabajar y los procedimientos de selección usados por Freund.
Todos estos artistas sucumbieron al encanto de una mujer.
Considerada la fotógrafa del alma, los retratos que realizó a James Joyce, Henry Matisse y Virginia Woolf acabaron convirtiéndose en iconos .
La fotografía como documento social .
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